viernes, 1 de abril de 2016

PUNTUALIZACIONES SOBRE EL TEJIDO

Existen muchas dudas sobre la confección del tejido de un sistema de protección solar.
Concretamente sobre el  tejido acrílico de un toldo enrollable.

Voy a intentar aclarar algunos puntos que puedan ayudar a tener un poco más de "luz" sobre este tema.

A lo largo del tiempo, se ha mejorado en la calidad de los componentes de la fibra de donde se extrae el hilo. Si bien, la competitividad ha dejado el precio de venta de la misma, muy cerca del punto donde se encontraba.


Y ello repercute en la cantidad de materia empleada. Es decir. hace más de 10 años hablábamos de tejidos que pesaban alrededor de 350 a 400 gramos por metro cuadrado.En la actualidad, la mayoría de los que podemos encontrar en el mercado no alcanzan los 300 gramos por metro cuadrado, siendo la cifra de los 280 gramos por metro cuadrado la más indicada en las características técnicas que nos proporcionan los distintos fabricantes.
Sin olvidarnos de algunos, añaden una tolerancia  +/- un 7%.

La importancia de todo ello, no radica tanto en el espesor del hilo empleado, puesto que su constitución interna, puede ser más resistente que anteriormente, si no en la cantidad de hilos que se emplean por centímetro.

Un tejido acrílico de antaño se entendía por aquel que contenía 31 hilos por centímetro en su urdimbre (en el sentido vertical o de las franjas en los tejidos rayados) y 16 hilos por centímetro en su tramado (en el sentido horizontal o transversal).
Es fácilmente comprobable con una lupa, de las precisamente denominadas "cuenta-hilos", (por residir su origen en el sector textil), que estas cantidades distan  de las utilizadas en la actualidad.
Ello deriva en una mayor facilidad del tejido a ser fácilmente dúctil y maleable, lo que lo convierte en una superficie susceptible de modificación en su estabilidad dimensional y rectangular.

La ductilidad afecta mayoritariamente a la ondulación sobre los bordes del tejido, que para su adaptación al toldo, llevan un dobladillo o  doblez, de aproximadamente 3 centímetros, que puede coserse o pegarse con cola térmica.
Este "mayor grosor" en los extremos del tejido, conlleva una mayor dimensión diametral en el enrollado del toldo.


Veamos:
Para un toldo de medidas de salida de 300 centímetros, enrollado sobre un tubo de enrolle de diámetro de 80 milímetros, necesitaremos dar al tejido 12,21 vueltas (consideramos la salida del tejido de 330 centímetros útiles, para que al bajar el toldo quede  todavía una vuelta enrollada en el tubo y que éste no sea visible). El diámetro final resultante será de 102,97 milímetros.
Pero si contamos un espesor doble en los laterales y en las costuras de unión de las tallas,, solo necesitamos 11,49 vueltas para recoger la totalidad del tejido, puesto que el diámetro de enrolle final será  de 121,69 milímetros. 





Esta diferencia diametral entre las costuras y el tejido, hace que su enrolle sea más tenso en las costuras, provocando arrugas visibles.










Arrugas u ondulaciones mucho más acusadas si se trata de un toldo cofre motorizado con final de carrera de cierre por presión sobre el par del motor




Si, a todo ello, le añadimos la confección con retales laterales de ancho pequeño, para conseguir la medida deseada, causamos sobre el problema un efecto multiplicador que agrava todavía más la situación.
Por ello, y no tan solo como estética, si no también desde un punto de vista técnico y de efectividad, siempre se recomienda que los retales laterales para llegar a la medida deseada, no sean menores que un cuarto de la longitud de la talla, es decir que 30 centímetros.

Inclusive, si cogemos la medida que falta para alcanzar la deseada y le sumamos una talla entera, y lo dividimos en dos partes, tendremos un retal en cada lado, siempre superior a los 60 centímetros (media talla) y estaríamos en la situación ideal.



Por supuesto, las costuras siempre deben estar centradas. De no ser así, el grosor causado por las mismas incidirá en un enrollado deforme del tejido, que desplaza el mismo hacia uno de los lados. Es lo que en este mundo se conoce como "el efecto cucurucho"

Recordar también que, cuando se trata de un tejido acrílico sujeto a mucha tensión (como es el caso del que tenemos en un toldo veranda) para evitar en la medida de lo posible este tipo de incidencia, las tallas se suelen cortar por la mitad, es decir, a 60 centímetros, para que  exista una mayor cantidad de puntos de tiro en la línea, y evitar así la creación de grandes bolsas en el tejido cuando está extendido.



Y por último, y dada esa mayor ductilidad de los tejidos acrílicos actuales, hacer especial mención a la tensión que debe tener el tejido confeccionado en su línea, mediante los tornillos y tacos que se insertan en los extremos del tubo de enrolle y perfil de carga, para evitar "arrugas" en ese punto, como las de la imagen



Espero que este recordatorio os haya servido de ayuda. Y para cualquier consulta o ampliación sobre el tema, ya sabéis, podéis dejar un comentario en este mismo blog, o dirigir un correo a:   fxandresg@gmail.com

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