Desde hace mucho tiempo, venimos oyendo palabras como éstas para definir las necesidades del sector de la instalación en el mundo de la protección solar. Necesidades que también pueden hacerse extensivas a los otros segmentos en los que podríamos dividir la actividad de ese ámbito profesional.
Empecemos por ese punto.
Para entender un poco la estructura de este mercado, podemos distinguir tres grandes áreas, dentro de nuestro territorio nacional:
- El fabricante de las denominadas materias primeras (tejido, lamas, sistemas de sustentación o “herrajes”, sistemas de accionamiento y automatización…).
- El ensamblador o mayorista (quien en su proceso de fabricación contempla el corte a medida y ensamblaje del producto para adecuarlo a su lugar de emplazamiento).
- El instalador (quien procede a colocar el producto terminado en su lugar de emplazamiento para cumplir la misión que el usuario final desea). Cabe añadir en este apartado la puntualización de que la labor de instalación va, en muchas ocasiones, ligada a la comercial. Es decir, al ofrecimiento de la alternativa más idónea en atención a las necesidades que el citado usuario manifiesta. Tanto desde el ámbito de prestaciones, como desde el de poder adquisitivo.
Esta segmentación no se manifiesta en la totalidad de las ocasiones. Y son también abundantes aquellas estructuras empresariales que contemplan dos, o hasta tres de las opciones, dentro de su actividad. Pero, si bien en otros países de la Unión Europea este fenómeno de aglutinación marca cada vez más la tendencia, en nuestro país aún mantenemos la segmentación en tres áreas como la más abundante.
La instalación es quizás, el área con menos reconocimiento a nivel institucional y profesional. Y sin embargo, un sistema de protección solar (toldos, persianas…) suele ir instalado, en la mayoría de los casos, por el exterior de la fachada. Con lo que su metodología, la seguridad de su sustentación, el empleo de materiales adecuados y certificados, así como la utilización de sistemas sensoriales que actúen automáticamente en caso de situaciones meteorológicas adversas, debería estar en el punto de mira de las prioridades a indicar y legislar.
Y la opinión de aquéllos que han alcanzado un alto nivel de profesionalización en el sector, debería también ser considerada y valorada en el momento de la creación de nuevos productos.
No se trata de que se genere una subordinación o un escalado jerárquico dentro de la citada segmentación del mercado. Esto, quizás exista en alguna ocasión en la situación actual.
La intencionalidad se concentra en la posibilidad de asociar a las distintas áreas, para que el resultado final pueda estar mucho más cercano al éxito.
Con estas bases como estandarte desde hace un tiempo existe una inquietud en el sector para poner en marcha una asociación profesional que aglutine a las empresas de las tres áreas. Si bien dicha asociación pueda llevar el nombre de quienes la inician (profesionales instaladores), en ella se tiene la pretensión de que tengan cabida todas aquellas empresas que se mueven en este sector.
La formación se basa en la libre circulación de la información. Arriba y abajo. De izquierda a derecha.
El fabricante conoce la resistencia de los materiales empleados. Y debe utilizar para su proceso de elaboración aquellos materiales que tengan la correspondiente certificación y homologación dentro del marco europeo. Existen aleaciones de aluminio en otros continentes que no son aplicables en Europa. Materiales textiles que no tienen el reconocimiento de las normativas UNE, etc.
En consecuencia, las diferentes piezas o productos fabricados deberían ir acompañados de la correspondiente certificación acreditada por parte de aquellos organismos capacitados por la administración para ello, y de estructura externa a la empresa fabricante. El fabricante puede adjuntar lo que se denomina una Declaración de Conformidad, donde acredita que sus productos se producen de acuerdo a los parámetros que así se indican en las normas UNE, pero en ningún caso puede certificarlos ni homologarlos. Esta función le corresponde a una empresa externa y legalmente capacitada para ello.
El ensamblador es consciente de las características que su producto a medida alcanza y que se derivan de la conjunción de los diferentes productos (y fabricantes) que emplea para la elaboración de su sistema de protección solar final ensamblado (tubos de enrolle, tejido o lamas, accesorios, sistemas de accionamiento). El producto que ofrece a su cliente instalador debe tener una certificación acorde con las normativas que rigen en Europa, y cuya homologación debe estar efectuada por una empresa acreditada en certificación de sistemas de gestión, productos y servicios, y responsable del desarrollo y difusión de las normas UNE. Ese es el único modo de que sus productos ensamblados cumplan con la normativa vigente.
El instalador debe asegurarse de utilizar aquellos sistemas de anclaje que se consideren adecuados para la tipología de pared, techo, etc., donde se ancle el sistema. Emplear los sistemas de seguridad adecuados y homologados durante el proceso de transporte e instalación. Y acreditarse como empresa autorizada por los estamentos oficiales para poder manipular los sistemas eléctricos y electrónicos que se vayan a incluir en el producto.
La estacionalidad del sector ha intervenido de forma activa en que, parte de los instaladores y ensambladores que se dedican a ello, tengan otras actividades paralelas o temporales. O incluso totalmente divergentes con la protección solar. Y hasta que no gocen de ninguna acreditación.
Muchas de estas personas que englobamos bajo el paraguas del “intrusismo”, no pueden ofrecer las mismas garantías anteriormente citadas. Y su actuación causa mella en el sector.
La regulación institucional, así como la formación actualizada, es una de las bazas que pueden llegar a dar una profesionalización al sector, acorde con el alto grado de peligrosidad y riesgo a terceras personas, que se puede observar en muchas instalaciones que llenan nuestras calles.
La asociación pretende sentar en una misma mesa a todos los profesionales que se dediquen a la protección solar, mediante la creación de grupos de trabajo que elaboren métodos, propongan a las instituciones formaciones adecuadas (incluso dentro de la formación profesional), diferencien con la acreditación pertinente sus metodologías de las ‘intrusas’, y promulguen y divulguen la necesidad de que todo consumidor disponga de las certificaciones y homologaciones que le permitan diferenciar aquellas ofertas profesionales y acreditadas de las que no poseen ninguna documentación al respecto, así como de un Manual de Uso y Conservación del sistema que haya adquirido.
Un toldo, una persiana, una cortina inclusive, son elementos que tienen accionamiento, cambios de posición, manipulaciones en definitiva. Y todo ello se basa en una movilidad de algunos de sus componentes. Lo que supone un desgaste y un mantenimiento. Los tejidos, las lamas, todo aquello que actúa como pantalla para realizar la función de gestión-protección solar, tiene una durabilidad, un desgaste. Nada dura eternamente. Y hay que divulgar esos parámetros para que el mercado tome conciencia del producto que adquiere.
La entrada en el mercado de la valoración de la eficiencia energética en edificios es una oportunidad muy favorable para poder empezar a actuar en conjunto. Los sistemas de protección solar alcanzan un papel muy relevante en la citada valoración, y debemos aprovechar esta coyuntura
Ha llegado el momento de dejar al margen viejas rencillas entre quienes constituyen los diversos ámbitos de este sector, y tomar una conciencia clara de la representatividad que puede darnos una asociación que aglutine a todos.
Solo así podremos alcanzar el lugar que se merece esta profesión.
Existe como preámbulo, un grupo cerrado en Facebook, donde instaladores, ensambladores y fabricantes, llevan un tiempo intercambiando opiniones, contrastando vicisitudes y compartiendo información. Bajo mi administración, alrededor de unos 80 miembros se comunican en la dirección:
Instaladores Profesionales de Protección Solar
Congreso de la Gestión y Protección Solar
Del 25 al 28 de Octubre tendrá lugar en el recinto ferial de Ifema, en Madrid, y dentro del programa ePower&Building, el Salón VETECO, que incluye por primera vez el área de VETECO SOLAR.
Y dentro de él, los días 27 y 28, jueves y viernes, el I Congreso de la Gestión y Protección Solar, con diferentes ponencias y mesas de debate (ver programa)
logo asociación
Asimismo, y aprovechando la oportunidad de concentración que nos facilita este evento, la tarde del jueves día 27, alrededor de las 18 horas, una vez finalizadas las ponencias de la tarde, y en la sala S100E, (situada encima de la entrada sur, que es la principal del recinto de Ifema) tendrá lugar un encuentro entre todos los profesionales que así lo deseen, con la intención de poder cotejar sugerencias, propuestas, ideas, inquietudes y, si es posible y hay consenso, poder redactar el Acta de constitución de la Asociación de Profesionales Instaladores de Protección Solar.
No faltes.
Interesantes reflexiones.. Saludos
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